miércoles, 4 de diciembre de 2013

UN NOBEL DE LITERATURA POR DEBAJO DE LA MESA

Salvo que la memoria me falle, cosa muy habitual, pero no creo que sea ahora, no recuerdo que se haya otorgado un Nobel de Literatura a un "simple" compositor de canciones. Y este escrito es la expresión de mi voluntad firme de que así sea en uno de los que más se lo merecen: Armando Manzanero.  Se ha otorgado unas veces con más justicia y otras con menos. No lo obtuvieron ni Ibsen ni Tolstoi ni Kafka ni Borges, cosa poco explicable y que no oscurece, de todas formas, la categoría del premio.De lo que estoy seguro es de que hay determinados escritores que jamás estarán en las listas y en eso no estoy de acuerdo. Es el caso del mexicano Manzanero. Con letras como las que ha escrito él hay que buscar mucho entre los poetas laureados con el premio sueco para encontrar nada parecido. Y buscar en vano.




"Y respiro de tu boca
esa flor de maravilla,
las alondras del deseo
cantan, vuelan,
vienen, van".

Difícil de superar. Y eso sin necesidad de oírlo en boca de Luis Miguel, porque entonces es obligado derretirse del todo.

"Adoro la forma en que sonríes,
el modo en que a veces me riñes.
Adoro la seda de tus manos,
los besos que nos damos,
los adoro vida mía".

Los cantantes que han hecho más grandes las letras de Armando Manzanero son legión. Desde Moncho hasta Maria Dolores Pradera. Pasando por Dyango, Pasión Vega, Isabel Pantoja, David Bisbal, el citado Luis Miguel... y cómo no, él mismo.

¿Quien no se ha enamorado más aún con letras como esas de fondo? Quien más, quien menos, no podemos más que dejar correr una lágrima con alguna de sus canciones que nos recuerdan cosas que, de otro modo, quizá estarían más borrosas en nuestra memoria.

Esto no pretende ser más que un aleteo de mariposa que, con un poco de suerte, se podría convertir en vendaval. Creo que no hay letras como las suyas y la Academia Sueca tendría con él una muy buena oportunidad de demostrar que no está anclada en lo clásico o, lo que es peor, en lo tribalmente anecdótico.

Tengo que reconocer mi debilidad por esta canción, que me recuerda tanto y tanto...

"No sé tú,
pero yo te busco en cada amanecer,
mis deseos no los puedo contener.
En las noches cuando duermo,
si de insomnio yo me enfermo,
me haces falta, mucha falta...
no se tú."

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