domingo, 12 de mayo de 2019

CAIGA QUIEN CAIGA (2ª parte)

El pasado 15 de abril publiqué la primera parte de mi reflexión sobre el sentido de mi voto en los procesos electorales que estamos viviendo. Ahí expliqué cuáles eran mis razones para votar como lo hice en las generales y autonómicas valencianas y como lo haré en las europeas.

Dejé para más adelante detallar qué haré con mi voto en las municipales en la localidad donde vivo, La Pobla de Vallbona, dado que mi partido, UPYD, no se presenta. No nos presentamos ni solos ni en coalición, como sí hacemos en la capital valenciana junto a CCD (Coalición de Centro Democrático), formando la COALICIÓN PROGRESISTAS CENTRADOS, a cuya lista contribuyo con humildad y que espero recupere el pulso del voto de barrio y menos ideologizado. La ideología es a las ideas como la astrología es a la astronomía.

Pues bien, aquí, en La Pobla, se presentan nada menos que 9 opciones. A saber: Compromís, PSOE, PP, Izquierda Unida, Ciudadanos, Podemos, VOX, CSD (Contigo Somos Democracia) y C.U.PO (Ciudadanos de Urbanizaciones de la Pobla de Vallbona). Esté último, un partido local.

Voy a hacer como en el anterior artículo y explicare primero las razones de mi NO voto.

Para empezar, estoy muy poco de acuerdo con eso de que en las municipales se vota a las personas por encima de las siglas. Mirad: yo no. Eso igual sería así en un pueblo de 200 habitantes, pero en uno de 22.000, con personas de ciertos partidos con un largo historial y antecedentes en actividades no sólo dentro sino también fuera de la localidad y con cargos orgánicos y públicos en su partido a nivel supramunicipal, lo de "votar a las personas" me provoca mucha risa. Algunos de ellos se manifiestan claramente sobre asuntos autonómicos, nacionales o internacionales. Además, en ciertos casos, algunas personas me caen aún peor que sus partidos, por lo que esa diferenciación tampoco les favorecería.

Empecemos por el principio. En el principio, como dice el Génesis, era el PP.. Al menos, cuando yo llegué a La Pobla. Un PP dirigido por una señora, discípula de mi tocayo, el imputado Alfonso "Dos Millones de Pelas" Rus, cuyo mayor acercamiento a los ciudadanos se producía en los "cafés con la alcaldesa", mientras en los plenos se dedicaba a denigrar a la oposición con manifestaciones insultantes "ad hominem" o en RRSS, a bloquear a personas que le decían las verdades del barquero. Eso, en cuanto al talante. Y con ese talante, la verdad, su labor como gestora, que fue manifiestamente mejorable, como se ha visto después, me importa un pimiento. Frase que, por desgracia, voy a tener que repetir alguna vez más. Además, el mismo talante, o peor, ha seguido exhibiendo en la oposición. O sea: PP, de entrada, no.

Veamos más: PSOE. Dirigido en La Pobla por gente decente a la que aprecio personal y políticamente a la que deseo lo mejor pero que, como dije arriba, no puedo separar de sus siglas. La deriva del PSOE sanchista hacia la anti-España me impide votar a, insisto, personas a las que admiro incluso. Y no desarrollaré por qué pienso así de este partido porque quien me lee a diario no necesita más explicaciones.

Sigo: Compromís. Me pasa algo parecido que con el PSOE con el agravante de que por este partido me siento, y lamento decirlo, más impunemente insultado que por los otros. Este partido, a nivel autonómico, está restringiendo, junto con el PSOE, mis derechos linguísticos y los de mis hijos. Se permiten reabrir una sucursal de TV3 en Valencia , me impiden elegir lengua vehicular en la escuela y se atreven a ponerme señales de tráfico sólo en valenciano, argumentando que un Decreto Legislativo de la Cortes Generales no está por encima de la Ley de Uso del Valenciano. Que le pregunten a Ribó si eso es así, que tuvo que retirarlos a instancias de la Delegación del Gobierno. Pero claro, la Delegación del Gobierno actual está dirigida por un socialista y la respuesta seguramente no sería la misma pero... eso ya lo veremos.

Eso, sólo como ejemplo. Compromís es un partido nacionalista y yo no paso por apoyar en una urna a un partido así y ya también he explicado hasta la saciedad todas las diferencias que mantengo con el nacionalismo. Siento decir que el nacionalismo no es mi adversario político sino mi enemigo. Como dije cuando hablé del PP, su labor como gestores al frente del Ayuntamiento los últimos 4 años me importa un pimiento cuando me lanzan cada 3 meses un panfleto publicitario del municipio SÓLO en valenciano, excusándose con los castellanoparlantes en que la versión en castellano está disponible a través de un BIDI. Si cada trimestre cambiaran de una lengua a otra sería soportable. Pero, como no es así, cada vez que lo veo en el buzón va directamente a la basura.

Siguiente: PODEMOS. Para qué... Me es igual quien esté en la lista. Os diré que ni lo he mirado. ¡Igual hasta hay algún amigo! Para mí, en todas las listas de Podemos están Echenique, Iglesias, la mujer de Iglesias (sí, he dicho la mujer de Iglesias), Monedero, Bustunduy, Carmena, Colau... O sea: la anti-España más abyecta y herrada con hache. Y hablar más de tres líneas de Podemos es una pérdida de tiempo.

Seguimos: Izquierda Unida. Seguro que es meterme donde no me llaman pero felicito efusivamente a Izquierda Unida en La Pobla de Vallbona por NO ir de la mano de PODEMOS. Me parece excelente opción la de intentar distanciarse de ellos. Estupenda labor de su concejal durante todo el año, al que felicito, pero... Izquierda Unida jamás figuró entre mis opciones porque su labor a nivel nacional y autonómico es servir de apoyo a gobiernos que, repito una vez más, limitan mis derechos. Y su compromiso con regímenes tiránicos a la vez que su obsesión antimonárquica también impiden mi apoyo.

¿Y VOX? Pues no. Tampoco VOX. Que yo sepa, aquí, como en toda España, VOX es en gran parte una escisión por la derecha del PP local. O sea: un PP en bruto, que ya es decir. Por tanto, no. VOX defiende algunas ideas con las que estoy de acuerdo. Mejor dicho, con algunas ideas con las que todos deberíamos de estar de acuerdo y que apoyo, pero las acompaña con una salsa equivocada. Una salsa acartonada, con mucho sabor a ajo, repleta de mensajes religiosos, franquistas y antieuropeos. Y eso me impide votarles.

¿Y Ciudadanos? He visto muchos plenos en Tele-Pobla, así que es mucho mejor que no explique por qué no voy a votar a Ciudadanos. Sólo diré que, a nivel autonómico, Ciudadanos en Valencia es, con diferencia, lo peor de Ciudadanos en toda España. Y lo siento porque este partido tiene a grandes personas como Inés Arrimadas. Y con él, UPYD colabora en las Europeas y participamos en listas conjuntas en muchos lugares, como Barcelona, pero... en que en Valencia está Toni Cantó. Y en UPYD estamos muy escaldados con este señor y con muchos de quienes lo acompañan. Así que no les daría mi voto aunque en esta localidad presentaran a candidatos de la talla de Cicerón o Demóstenes, lo que tampoco creo que es el caso.

Luego está Contigo. Contigo es el quiero y no puedo. Contigo, a nivel autonómico, es como esos platos hechos con restos que vas encontrando por el frigorífico. Un poco de aquí y un poco de allá, que no casa ni pega. Un partido amalgamado de restos del PSOE, Ciudadanos y, incluso, alguno de UPYD. Los que provienen de UPYD, en su mayor parte, ya habían entrado y salido (por varias puertas) de Ciudadanos. Un partido con cuyos ideales me siento identificado en general pero cuyas personas y el origen de algunas de estas me producen una especie de sarpullido cuyo remedio no he encontrado en ninguna farmacia. Imposible.

Y, por fin, C.U.PO. Ambos concejales han realizado una gran labor. Por otra parte, igual que muchos de sus compañeros del cuatripartito en el poder desde hace 4 años. El partido carece de ideología y surgió de lo que fue una asociación vecinal. Se trata, a mi entender, de un partido posibilista, pragmático. Podría considerarse en su origen un "lobby" destinado a defender a un grupo concreto de poblanos pero ha evolucionado con gran acierto a realizar un buen trabajo por todos los vecinos.

Como he tenido la oportunidad de expresar ya, la gestión me importa menos que el talante porque yo aprendí que hace más el que quiere que el que puede. En el caso de CUPO, coindicen buena gestión con buen talante, por lo que, de todas las opciones, y dado que me niego a quedarme en casa el 26, mi voto será para ellos... a falta de otra aún mejor.

Pero yo, de ser ellos, no echaría las campanas al vuelo por obtener un voto más. Están, y previsiblemente podrían volver a estar, en un gobierno dirigido por partidos que, como he repetido, coartan mis derechos todos los días. Y por lo tanto, los declaro corresponsables de los aciertos y de los errores que han tenido o tengan los otros partidos con los que gobiernan, empezando por el propio alcalde.

No me sirve eso que quizá me dirían si les preguntara, cosa que no he hecho, de que "eso no es de mi negociado". Pues claro que es de su negociado. El que yo, al entrar en La Pobla, sea recibido con un cartel verde que me dice, en una lengua que NO TENGO OBLIGACIÓN DE CONOCER, según la Constitución, que hay en la localidad un radar de tráfico móvil al acecho, es responsabilidad del Concejal de Urbanismo, así como del resto de concejales. Y me es igual el acuerdo interno, si es que existe, de que cada uno se ocupa de su negociado sin opinar sobre los demás.

Entiendo que la labor de CUPO y sus concejales ha sido visible y positiva pero mi voto no será un cheque en blanco sino un derecho que me voy a ganar para criticar con más dureza cada una de las actuaciones que realicen, tanto ellos como los demás partidos con los que se alíen para gobernar, si es que vuelven a hacerlo.

No deben tener ninguna razón para alegrarse con mi voto y sí muchas para esperar mis críticas más aceradas.

Si fuera creyente acabaría este artículo diciendo: Dios reparta suerte.