lunes, 28 de septiembre de 2015

ME MOLA "LO NATURAL".

A mi me gusta lo natural, ¿y qué? ¿Pasa algo? Es que sólo tenemos un mundo y tenemos que cuidarlo. A ver qué planeta le vamos a dejar a nuestros hijos. Vamos camino de la autodestrucción... Me sé más frases de estas. Los ecologistas tenemos un buen repertorio.

Me gusta tanto lo natural que en casa sólo entran productos ecológicos. De esos que son un 40 % más caros (puedo pagarlo), saben igual que los otros pero en cuyo proceso productivo no se utilizan productos que, por otra parte, están perfectamente permitidos en el resto de la agricultura, pero seguro que nos están envenenando. O sea, que son vulnerables a plagas que sólo pueden combatirse con otras plagas. Obviamente, en casa no tenemos insecticidas porque son malísimos para la salud. Si entra un insecto le pedimos por favor que se vaya a su casa y esperamos pacientemente.

Hay que apoyar la agricultura sostenible. Claro que sí. Esa que da una sola cosecha al año (por eso también vale más cara), en lugar de la que podría dar 3 o hasta 4. Sobran alimentos en el mundo, dicen. Hay que producir menos.

Mira si me gusta lo natural, soy tan ecologista, que casi cada fin de semana salimos al campo. A practicar trekking por zonas escarpadas e inaccesibles, intentando agobiar lo menos posible a las especies en vías de extinción. Si hacemos poco ruido, igual conseguimos molestarlas casi lo mismo que esos urbanitas sin conciencia medioambiental que jamás vendrían aquí. O sea, que jamás los molestarían.

Venimos preparados. Llevamos equipos con botas y prendas de Gore-Tex. ¿Que qué es el Gore-Tex? Pues una bendición para los campistas como nosotros. En un politetrafluoroetileno, como el Teflón de las sartenes, un material totalmente artificial en cuya fabricación se vierten ingentes cantidades de CO2 a la atmósfera. Ellos mismos nos certifican que su tejido de plástico es respetuosos con el medio ambiente, ¿qué haríamos sin él los ecologistas como nosotros para mantener el contacto con la Madre Naturaleza?

Además, lo promociona Guardiola. Malo no puede ser.

Y estamos seguros, ¿eh? Porque ya no llevamos al campo esos rudimentos de brújula y mapa, tan naturales durante tantos siglos. No. Ahora nos llevamos un moderno GPS con baterías de repuesto. De Níquel-cadmio, que son las mejores, totalmente naturales. Para, si nos perdemos o nos accidentamos, poder avisar al 112 y que venga un helicóptero de la Guardia Civil a por nosotros.  Espero que, si tuviera que venir, no haga mucho ruido porque asustaría a las águilas reales. Pobres, ahora que están nidificando. Tengo que mandaros unos selfies que nos hicimos el otro día con unos cuantos nidos. No las molestamos, te lo juro. O casi nada.

¡Ah! Y nada de transgénicos, por favor. Nada de nada. ¿Se han asegurado de que no producen malas consecuencias? No. ¡Qué va a saber un profesor de la Universidad de Friburgo por que haya creado una variedad de arroz que produce Vitamina A, sin la cual muchos asiáticos se quedan ciegos porque el arroz es casi su única fuente de alimentación y no la contiene naturalmente!

Y a pesar también de que Venkatraman Ramakrihnan, premio Nobel de Química indio, diga que quien está en contra de los transgénicos es porque nunca ha pasado hambre. Y hasta parece que lleve razón, porque quien más en contra está es Europa, el lugar donde más alimentos desperdiciamos. A pesar de todo ello, yo sigo en mis trece. A estos no los creo, me digan lo que me digan. Sin embargo sí creo a los fabricantes del Gore-Tex. Es un pálpito y mis convicciones ideológicas no las van a cambiar ni uno ni dos ni 10.000 pretenciosos premios Nobel. El que la insulina, sin la cual la diabetes no tendría tratamiento, sea un transgénico, no deja de ser una excepción que confirma mi regla: NO AL PROGRESO.

Bueno, dejo ya de escribir porque me duelen los ojos ya con este halógeno de 300 vatios que tantas horas tengo encendido. Es que he probado a escribir con la luz de las velas, pero no me hago.

Me retiro a descansar. Mañana iremos a pasar una semanita a la costa. Como me gusta el buceo, siempre que puedo me enfundo en mi traje de neopreno, ya saben, ese policloropreno, de producción totalmente natural y... al agua patos.

Estoy impaciente ya por cargar todo el material en nuestro Wolkswagen Touran nuevo de gasoil y salir a disfrutar de la naturaleza.

Ojalá todos hiciérais lo mismo.