Publicado en Minuto Crucial el 12/02/2021
Rubén Darío ya nos dijo que la
princesa estaba triste, que había perdido la risa y el color… Pues nada más
lejos de la realidad ahora. Nuestra princesa no tiene pinta ni motivos para
estar triste ni para perder la alegría ni el color propios de su edad y
situación. Eso quisieran algunos...
El anuncio del próximo ingreso de la princesa Doña Leonor en un
prestigioso centro educativo de Gales ha levantado rápido de sus asientos a los
rufianes y echeniques (permítanme la licencia literaria en este caso) de
turno y ha avivado de nuevo la batalla antimonárquica de la progresía lumpen.
Se puede ser republicano o
monárquico pero lo que no se puede es ser estúpido. Muchos herederos de Casa
Reales europeas se han formado en el extranjero por el simple hecho de que es una forma inmejorable
de adquirir perspectiva y de conocer otras realidades y puntos de vista. Lo que no es de recibo es que un monarca
constitucional europeo tenga que tener obligatoriamente la misma educación que Adriana
Lastra, por ejemplo, o sea, ninguna.
Al socialcomunismo le gusta mucho
uniformarlo todo, igualar, socializar, dirigir todo y hacer tablas rasas. Les
encanta decirnos que nuestros hijos son en realidad del Estado y que son ellos
los que deben educarlos como quieran. Prefieren a la gente iletrada y, por
ello, fácil de manejar. Gente que sólo pueda procesar mensajes cortos, que
quepan en una pancarta o camiseta como las que exhiben a veces incluso en el
Congreso. Gente que ignore la Historia.
Y por ello no quieren ciudadanos formados y, ni mucho menos, un Jefe de Estado bien
construido intelectualmente e independiente al que no puedan manejar. Prefieren a gente inculta, como Maduro, que
pasó de conductor de autobuses a presidente de su país y que hace discursos más
propios de telepredicador que de estadista.
Se les llena la boca asegurando
que defienden los derechos y la dignidad de las mujeres y los niños, pero
cuando se trata de una niña de 14 años que no pueden manejar, se tiran todos en
tromba a por ella en perfecta formación de ataque. ¿Por qué? Porque Doña Leonor representa muchas
de las cosas que odian.
Por ejemplo, nuestra Historia.
Esa que los progres quieren retorcer y manejar a su antojo negando, por
ejemplo, la verdadera naturaleza de hechos como el Descubrimiento de América o
la conquista de Granada. O cosas que quieren ocultar, como los crímenes de la
izquierda en la primera mitad del s. XX en España.
Representa también la Constitución, la misma que Iglesias llamó
“papelito” en una taberna de terroristas
en junio de 2013 a la vez, por cierto, que les pedía a los proetarras
asistentes que no le “dejaran sólo con los españoles”.
Encarna la futura imagen de una
mujer independiente y formada, que accederá a su cargo completamente preparada,
dispuesta, con espíritu de sacrificio y con lealtad a las instituciones y a la
Ley. Justo lo contrario que todas las mujeres y los hombres que han accedido al
poder con el carnet de Podemos, empezando por la Ministra de Igualdad.
Es símbolo de la unidad y permanencia de España y la defensa por igual
de los derechos de todos los españoles, algo que desde la izquierda se empeñan
en destruir. La izquierda otorga más derechos a unos que a otros y hace lo
posible para destruir el Estado nombrando a ministros que, como Iceta, ven 8
naciones dentro de España.
Representa, por último, la
transparencia y el respeto por la Ley que significa hoy la Corona en España. Es
muy clara la apuesta de Felipe VI en ese sentido y todos estamos seguros de que
es lo que transmite cada día a su hija. Para la izquierda y el nacionalismo, la
Ley es algo maleable, censurable, criticable y hecha para ser infringida cuando
no les gusta. Y pronto tendremos más pruebas de ello con los indultos a los
golpistas del “prusés”.
Mal que les pese, España es una
de las 23 democracias plenas que hay en el mundo mientras que los países que
admira PODEMOS están a la cola de los 189 existentes. Es muy urgente que, para
mantener o mejorar nuestro puesto y nuestras libertades, desalojemos a PODEMOS
de todos los ayuntamientos, todos los parlamentos autonómicos, del Congreso,
del Senado y del Gobierno en todas las próximas elecciones. Nos va la vida en ello porque los únicos
afanes que mueven a ese partido, que ha desarrollado metástasis en el PSOE
sanchista, es el revanchismo, el insulto y la crispación diarios, el
enfrentamiento y la vuelta a las trincheras.
A PODEMOS le viene grande la
democracia y aún más grande España. Nos va la vida en expulsarlos lo antes
posible de la vida pública antes de que el daño sea mayor.
La sonrisa, la juventud y el
entusiasmo de la Princesa Leonor contrastarán siempre con la tristeza, la
rabia, la frustración, el olor a viejo y el odio que vemos cada día en los
rostros de la izquierda y el nacionalismo rancios que hoy gobiernan en una
nación en la que no creen.
Yo apuesto de largo por ella.