Viaje al Parnaso

QUIERO INVENTARTE EN CADA VERSO

Quiero inventarte en cada verso,
Robar tu luz, ser tu desierto,
Meterme en ti. Entrar tan dentro
Que nadie pueda, aunque lo intente
Soñar tus besos.

Seré tu pantalón más viejo.
Tu sol radiante, tu mar, tu cielo,
Un mendigo alegre de tus silencios.
Una careta, un reloj
Que marque el tiempo.
Ese que nos queda
Quiero tenerlo, apresarlo en ti
Y con mis miedos,
De papel hacer un barco
Y mandarlo lejos.

He nacido ¿ves?, estuve muerto.
Crucé la Estigia sin tu recuerdo,
Surgiste tú y, con tus besos,
Nací de nuevo.

Nada es igual ni puede serlo,
Ni mi bandera, ni mi desvelo,
Ni la Tierra tiene ni tendrá nunca
Ese olor intenso.

No es mucho lo que te debo:
Solo la vida, solo mi tiempo,
Solo tus besos de amor y fuego.
Y mi ilusión. Solo por eso
Ya merecieras, aunque lo niegues,
Ser algo eterno.

DONDE HABITA EL OLVIDO

Donde habita el olvido,
Donde vive la sombra.
En las tierras baldías
Donde nadie me nombra,

Donde la risa muere
Presa de la zozobra
Y una luz que se apaga
Dice... que ya es la hora,

Donde las aguas callan
Y los silencios hablan.
Donde las piedras frías
Amontonan escarcha.

Donde se pudren las flores
Secas sin su mirada.
Donde se esconden llantos,
Donde crece la nada,

En las llanuras yermas
Por los muertos habitadas
Y entre las negras mortajas
De mi ilusión acabada.

Donde las plañideras gimen,
Donde hasta el aire me ahoga,
En la secreta fuente
De la muerte cazadora.

En la extensión infinita
Donde el alma se doblega.
En mi soledad tan amplia
Que ni Dios mismo midiera.

Donde el amor es recuerdo,
Donde la vida es condena.
Allí podréis encontrarme,
Donde me muero de pena.



ERES TÚ EL FARO


Eres tú el faro que,
siempre encendido,
horadas la noche
y mi soledad,
deshaces mis miedos,
alumbras mi vida
y siempre cautivas
tú mi voluntad.

Referente encuentro
en tu mano abierta
de que nada hay bueno
cuando tú no estás.
Nada más me place,
nadie me distrae,
nada me conforta
mas que tu mirar.

Me encuentro perdido
si tú no me alumbras,
y en las piedras negras
yo temo encallar.
Hasta que construyes
de luz un camino,
y así mi destino
ya quiere cambiar.

Escuchame bien,
mi faro encendido,
y te cuento el sueño
que quiero soñar:
Seré tu farero,
cuidaré tu fuego,
y seremos uno
vigilando el mar.



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