miércoles, 3 de febrero de 2016

FELIPE VI, EL "LARGO".

Recién propuesto a los altares el inefable Pedro Sánchez, acabo de inventar un neologismo: se trata del verbo "maquiavelear".
Si os creéis que el Rey sólo ha consultado a los líderes de los partidos a la hora de decidir su propuesta de candidato a Presidente del Gobierno, es que sois muy inocentes y no tenéis ni idea de maquiavelear.
Lo que ha hecho Felipe VI es poner a ZPedro en medio del escenario, con un foco cenital apuntándolo, para que se le quite la tontuna. Y, de paso, al apuntador que está bajo la concha, que no es otro que Pablo Iglesias.
Con esto, coloca a ZPedro en el disparadero con las vergüenzas al descubierto y le hace afrontar el viacrucis de someterse, pero de verdad, a la feroz crítica interna y externa que le hará la vida imposible. Sea cual sea el pacto al que llegue con Podemos, es fácil que no consiga formar gobierno y que, de formarlo, durase menos que un billete de 500 a la puerta de la sede del PP. Es cierto eso de que lo peor que le puede pasar a tus sueños es que los consigas.
Puestos a maquiavelear, me resulta curioso que se haya producido el encargo real a pesar de la filtración de las broncas internas del PSOE, un partido que ha obtenido el peor resultado de la Historia, como dice la Sultana.
El Rey tiene los teléfonos de todo el mundo y todos tienen el suyo. Y nadie da pu(n)tadas sin hilo.
ZPedro y su jefe, Iglesias, están actuando en una obra de teatro que ellos no han escrito y se creen los "protas".