lunes, 15 de abril de 2019

CAIGA QUIEN CAIGA. (1ª parte)


El pasado febrero, el gran Fernando Savater nos recordaba en Madrid, en la reunión ordinaria del Consejo Político de UPYD,  aquello tan aristotélico de que la duda es el principio de la sabiduría. Si así fuera de verdad, el que suscribe debería ser de las personas más sabias del mundo porque yo soy yo y una gran interrogación que me sigue a todas partes como una sombra.

Ante las próximas citas electorales, esas dudas se me vuelven a plantear con fuerza después de unos años de relativa certidumbre.

Pero vayamos por partes...  Ese día de febrero escuchamos de Maite Pagazaurtundúa, nuestra eurodiputada,  algo que ya sabíamos: la importancia y la complejidad del trabajo que ella está desarrollando en el Parlamento Europeo dentro del grupo ALDE con la ayuda inestimable del partido Ciudadanos, capitaneado en Bruselas por Javier Nart. En su exposición, tan estusiasta como lo es ella siempre, abogaba por seguir en esa labor juntos de la mano con Ciudadanos. La razón no hacía falta que nos la dijera: UPYD es ahora un partido mucho más pequeño de lo que fue, cargado igualmente del mismo proyecto y con las mismas soluciones para los problemas de España y con el mismo e intacto orgullo de siempre. Pero dejado de lado por la ciudadanía, medios de comunicación y, por qué no decirlo, por parte de la afiliación que, por diversas circunstancias, unas más respetables que otras, decidió en parte irse a otros lares y en parte dejar este mundo de la política, a menudo tan ingrato.

Para Savater, es una trampa falsa la que la izquierda nos lanza cuando habla de "las tres derechas". Claro que Ciudadanos es un partido que se proclama liberal y claro que una de las bases de UPYD es la socialdemocracia. Pero, y esto lo digo yo, resulta que ambas cosas son compatibles y ambas han construido juntas o alternándose lo que es ahora el estado del bienestar en Europa. Según Savater, no hay otra política posible en Europa que la socialdemócrata porque nadie ahora aceptaría otra cosa, llámese como se le llame. Con un grado u otro de liberalismo, pero fundamentalmente socialdemócrata. Y para tener eso más claro, lo mejor es leer este artículo de Víctor Gómez Frías.

Por ello, nos animaron ambos a colaborar con Ciudadanos en la medida que fuera posible porque los tiempo que se avecinan son convulsos, con extremismos de todas partes en alza y con la posibilidad, más que cierta, de que ganen las elecciones europeas una pléyade de partidos antieuropeos de todos los rincones por primera vez.

Y aquí hablamos ya de palabras mayores: no está en juego qué fuerzas apoyan más o menos políticas sociales, obras públicas, directivas europeas o normas ISO 9001... Está en juego la propia existencia de la Unión y también del euro como moneda común. Y con ella, el espacio de libertades y prosperidad que nos hemos dado desde los años 50.

Esa fue su petición y fue así aprobada por el Consejo Político del partido, entre cuyas funciones está la de decidir sobre proyectos de colaboración con otros.

Yo nada tengo a eso que objetar y voté favorablemente. Voté así a pesar de las relaciones pasadas entre UPYD y Ciudadanos, más tensas y complicadas en la Comunidad Valenciana que en ningún otro sitio de España. Tomé esa decisión para que en otros lugares donde ambos partidos no hayan tenido los mismos, digamos, desencuentros, pudieran llegar a acuerdos de colaboración útiles al electorado.

Tanto las explicaciones de Savater, cofundador del partido, como las de Maite, son perfectamente compartidas por mí y por ello es por lo que apoyamos ese acuerdo: para fortalecer una opción centrada y europeísta que sirva de contención y de banderín de enganche a gente que huye no ya del bipartidismo del 2007, cuando nació UPYD, sino de algo mucho peor: a la confrontación del 36, que es a donde muchos hoy nos desean devolver.

Elecciones Europeas.

Por ello, mi opción muy clara para las próximas elecciones europeas es, sin duda alguna, votar la lista de Ciudadanos con la aportación de UPYD.

Pero hay más elecciones ahora y algunas, antes que esta. Y ahí es donde empiezan a asaltarme las dudas. Por orden cronológico, las generales, tanto al Senado como al Congreso.

Elecciones Generales

En cuanto a Ciudadanos, en el acuerdo está que mi partido apoyaría a Rivera como candidato a Presidente del Gobierno. Pero mira tú por donde, cada uno tiene su forma de entender esto. Y yo tengo la mía. A mí no me importaría que Rivera fuera presidente del gobierno. me parecería estupendo que pudiera formarlo junto con el PP. Lo que pasa es que ya hemos visto a Rivera pactar con el PSOE donde y como ha podido, de modo que, en lo que a mí respecta personalmente, no me produce confianza el darle a Rivera la fuerza necesaria que luego, quizá, pudiera usar para pactar con Sánchez, por mucho que diga que no lo va a hacer. Ojala hubiera más gente en Ciudadanos como Arrimadas. Me sería mucho más sencilla mi decisión. 

Y aquí también resulta que vivimos y vienen tiempos complicados. Estamos viendo que la violencia se generaliza. Ningún partido constitucionalista puede hacer campaña en el País Vasco o Cataluña si no es protegido por la policía. Y los ataca, precisamente, gente que se autodenomina "antifascista". No están en juego los programas, está en juego la supervivencia del sistema, la esencia de la democracia.

Y esa supervivencia no la va a garantizar el PSOE. Antes al contrario: sus pactos con Podemos y los separatistas (de derecha e izquierda) ponen en peligro la misma existencia del Estado tal y como lo conocemos por lo que no voy a plantearme en ningún caso votar al PSOE.

En esta lucha que ya no es tanto por medidas concretas de programa como por una pelea básica por la supervivencia,  mis otras opciones estarían sólo entre VOX y el PP. Hay propuestas de VOX que no puedo compartir. De sus 100 propuestas, que me he molestado en leer, no estoy en nada de acuerdo con 17, que me parecen muy importantes y absolutamente infumables. Y por eso no voy a votarles. Sin embargo, entiendo y espero que tengan una buena representación porque el voto a VOX es un voto de castigo contra la izquierda colaboracionista con los enemigos de España y con el centro y la derecha cobardes que aplicaron con miedo el 155 en Cataluña, resultando el remedio peor que la enfermedad.

De modo, que sólo me queda el PP de Casado... Así que me armaré de valor y votaré al PP con la nariz tapada y los ojos cerrados, porque necesito ejercer mi derecho a que alguien, aunque pertenezca a un partido que ha sido corrupto desde los cimientos hasta el ático, especialmente en la Comunidad Valenciana, defienda una idea lo más parecida a la mía de lo que es España. Porque sin defender España no se pueden defender los derechos de los españoles.

Por eso voy a votar al PP a pesar de haber elegido a Lacalle, un ultraliberal, como asesor económico. Tengo la esperanza de que el gobierno que resulte del PP y Cs tenga las virtudes que ambos puedan aportar y pocos de sus defectos. Espero que nuestra cercanía a Cs y nuestra colaboración en otro sámbitos, como algunos municipales y el Europeo haga buena la afirmación de Savater de que nada posible hay ahora fuera de la socialdemocracia.

Y mención especial merece el Senado.

Voy a votar al PP especialmente en el Senado. Votar a VOX o Cs para esa cámara, por muy cabreados que estéis con el PP o con la izquierda. es, sencillamente, tirar el voto o peor, dárselo en Valencia a Compromís, Podemos o el PSOE. Las normas electorales para el Senado son diferentes y los partidos que menos votos obtengan tienen muy pocas posibilidades de obtener un solo escaño. Y del Senado depende la aplicación de un nuevo 155. Si hubiera un gobierno central a la andaluza pero con un Senado dominado por la izquierda, olvidaos de un 155 porque el PSOE se pondría de parte de los golpistas.

Por eso, y porque he aprendido una cosa: que a los ladrones y corruptos se los puede juzgar y meter en la cárcel y de hecho en ella están muchos y van a estar más. Sin embargo, los naZionalistas vascos y catalanes y los comunistas podemitas "escracheadores" que hoy agreden a quienes no pensamos como ellos, mañana nos pueden matar.  Ya lo han hecho antes, así que no es una barbaridad lo que digo, y es una vergüenza que un partido como el PSOE esté colaborando con ellos en ayuntamientos como Madrid, Barcelona o Valencia. Y cuando pueden y tienen competencias para ello, sueltan a sus corruptos, como al hijo de Pujol.

Elecciones autonómicas valencianas.

El famoso pacto del "Botànic" está presidido "de facto" por Mónica Oltra, capitoste de Compromis y que, para disimular su vena nacionalista, está haciendo una regular gestión, pero muy mejorable, en asuntos sociales como la dependencia. Pero su centro de poder no está ahí. Esa es su excusa. Su centro de poder es la Consejería de Educación, por un lado y el nuevo canal de TV autonómica, Á Punt, por otro.

Desde la primera han impuesto una Ley que primero fue tumbada por el TSJ porque la desarrollaron como decreto y que ahora, como Ley ya, no ha sido recurrida por el Gobierno del PSOE, lógicamente, al participar de ella. Con esa Ley, resulta que una familia NO PUEDE elegir la lengua vehicular para su hijo, dejando esa decisión en manos del Consejo Escolar que la aprueba para TODOS LOS ALUMNOS del colegio, con un mínimo del 25 % para cada una de las lenguas oficiales. En esa Ley llamada de  "plurilingüismo" lo que pretenden es disfrazar lo que es una imposición: los Consejos Escolares están participados por: al menos de UN TERCIO por los profesores, por el Director del Centro, por el Jefe de Estudios, un representante del Ayuntamiento, un representante del personal de administración y, por último y tampoco menos de un tercio, por los padres.

Hay que tener en cuenta que el sindicato mayoritario en la Enseñanza en la Comunidad Valencia es el Sindicat de treballadors del ensenyament del Pais Valencià, STEPV), un sindicato afín a Compromís que propugna el valenciano como lengua vehicular única. Un sindicato que se permite amenazarme con enviar mis palabras a su departsmento jurídico porque les he dicho que Goebbles se sentiría muy orgulloso de ellos.

Por ello, es previsible que tanto profesores como Director como Jefe de Estudios como el representante del Ayuntamiento previsiblemente optarán por planes en los que mayoritariamente se discrimine el castellano, tal y como se está haciendo ya en Cataluña. Y pasará que usarán ese 25 % obligatorio en asignaturas no troncales como Educación Física o Música o Plástica. Eso, para cubrir el expediente. O a veces ni eso.

La otra pata del nacionalismo siempre es la propaganda. Y en este caso, no iba a ser menos. Aquí es la sucursal de TV3 en Valencia. Sí, he dicho bien. Me da igual si se llama Canal 9, Á Punt o lo que sea. La directora, Empar Marco, nombrada como tal en un procedimiento recurrido ante la Justicia, fue nada menos que Delegada de TV3 en  Valencia, por lo que sigue ejerciendo ese mismo cargo sólo que ahora, en vez de pagarle TV3, le pagamos los valencianos.

Diréis que no he hablado del PSOE. ¿Y para qué? Ximo Puig es una marioneta en manos de Compromís. Es un títere. Tiene voz prestada y habla cuando le dejan y a veces hasta me parece que se ven los hilos que mueven sus extremidades controlados desde arriba por Oltra. A él también le salen rana algunos de los suyos, como el presidente de la Diputación, Jorge Rodriguez, detenido por corrupción.

De Ciudadanos ya he hablado lo suficiente antes. Y teniendo en cuenta que aquí se presenta Toni Cantó, buen parlamentario pero no tan buena persona, que nos dejó tirados a UPYD, compuestos y sin candidato después de haber ganado unas elecciones internas y tener a todo el partido en la Comunidad detrás de él para llevarlo a Las Cortes Valencianas, no puedo decir nada más que no le votaría ni como presidente de una comunidad de vecinos. Y eso se hace extensivo a todos sus colaboradores en la Comunidad.

Así que las opciones vuelven a ser PP o VOX. Reconozco que aquí lo tengo aún más difícil que en las generales porque el PP de Valencia ha sido el epicentro de la corrupción del partido, llegando a tener a más de 100 cargos públicos imputados a la vez. Todo un Guiness.

Lo que pasa es que las razones que tengo para votar son las mismas que en las generales: la defensa propia. Es cierto que el PP es corresponsable en gran medida de la situación desastrosa en muchos niveles de la Comunidad, pero es más cierto que una nueva reedición del Botánic metería aun más al nacionalismo procatalanista a las puertas de mi casa. Y no paso por ahí.

A VOX lo descarto por las mismas razones que expuse al principio. Y también digo lo mismo. Le vendrá bien a Las Cortes Valencianas algún parlamentario de VOX para que no sean tan aburridas las sesiones como lo son ahora.

De modo que, resumiendo, para las Cortes Valencianas, con tanto dolor como rabia, me veo obligado a votar al PP.

Y esta es la primera parte de mi "Caiga quien Caiga". Dentro de un par de semanas hablaré de elecciones municipales.