domingo, 17 de noviembre de 2013

¡MARIANO RAJOY, PRESIDENTE!

Muzzati: «Muchos 'rebotados' se acercan a UPyD al no tener porvenir en su partido»
Nuestro Coordinador Territorial ha dicho a la prensa lo siguiente: "Hay gente que ha venido porque ve que su porvenir político en otro partido no era bueno y buscaban una salida. Estamos teniendo mucho cuidado en este sentido, los pasamos a todos por la misma prueba, que es ser afiliados de base y ninguna promesa de réditos electorales o políticos."



Y esto está muy bien, pero que muy bien dicho. Y es del todo cierto. Y si se toma nota y se lleva a la práctica, mejor aún. Está más que claro que aquí somos cada uno de nuestro padre y de nuestra madre. Y que vírgenes políticas ya no quedan casi. Si no hemos ido en otras listas o militado en  otros partidos, al menos sí que hemos votado a otros antes. Y eso ni es un delito ni nos incapacita para ser UPyD, por supuesto. Pero lo que hace falta es separar el grano de la paja (con perdón). Y predicar no es lo mismo que dar trigo. Yo no creo en el "upeydismo" sobrevenido, y menos ahora, con el viento a favor. Me resulta difícil creer en ciertos "upeydistas convencidos" que hace menos de 2 años proclamaban enfervorizados (con admiraciones incluidas, tal cual es el título de este artículo) al viento digital en sus blogs la victoria de Rajoy y la confianza en su gestión, en cuyas listas participaron poco menos que empujados por el fervor popular hacia su excelsa persona. 

Vamos, que no creo en caídas del caballo estilo San Pablo. No tengo la suficiente fe. Debe ser por eso que soy agnóstico. Y, lo siento por ellos, pero a esos casos no les doy la presunción de inocencia ni se la daré hasta bien pasadas las próximas elecciones y dependiendo de su trabajo. En 2011, UPyD tenía ya 4 años de vida y, sin embargo, alguno eligió todavía al PPSOE (caballo ganador entonces) para promocionarse políticamente. Y ahora no es que se caigan del caballo convencidos de una nueva fe, sino que lo cambian cuando el suyo da síntomas de ahogarse en su propio vómito. Pues va a ser que no me lo creo ni harto vino, como dice mi padre.

No hay comentarios:

Publicar un comentario