lunes, 21 de octubre de 2013

"DOCTRINA PAROT" ¿DE QUIÉN ES LA CULPA?

Ahora viene el llorar. Ahora viene culpar a todo bicho viviente de lo sucedido. Pero es que retorcer la Ley no es hacer Ley. Igual que no fue efectivo ni ético "atajar" por el camino del GAL. Sí, ya lo se. Parece que lo políticamente correcto es arrastrar por el fango la imagen del Tribunal de Estrasburgo poco menos que llamándoles cómplices de los etarras. Pero no se trata de eso. No es eso.

Inés del Rio es, como bien dice en este artículo, la etarra que aterrorizó Madrid en los años de plomo. Bien que lo sé porque yo estaba allí. Demasiado bien, entre otras cosas porque en una perpendicular a la calle Río Ulla, donde fue capturado uno de los mal llamados "comandos Madrid" (ella escapó por poco) trabajaba mi padre. Es mi barrio de toda la vida y aquello fue una conmoción para todo el vecindario.


Nadie jamás podrá olvidar la imagen del autobús destrozado donde murieron 12 jóvenes guardias civiles. Yo, mientras viva, no seré capaz de hacerlo. Ni eso ni muchas de las cosas que pasaron en Madrid en los 80.


Pero es que todos sus asesinatos tuvieron lugar en esos años, unos cuantos después de promulgada la Constitución. Previo a ésta, en los primeros años de la transición, hubo más de una amnistía, la última de ellas en 1977. Hubiera sido un momento ideal para reformar el código penal, ya caduco por entonces, y eliminar el límite de 30 años de permanencia en la cárcel. Y si se hubiera plasmado así en la Constitución, no estaríamos hablando de la doctrina Parot. Es más, creo que si no existiera un máximo de ningún tipo y se hubiera de cumplir TODA la pena impuesta, la mitad de los asesinatos no habrían ocurrido. Y eso no es cadena perpetua. Es Justicia.

La medida cicatera de seguir fijando un máximo de pena cumplida (¡ojo!, aun existe) hace que, cuando un asesino mate al primer ciudadano, sepa que los demás asesinatos le van a salir gratis. Y eso es lo que ha pasado. Y la culpa no es del empedrado, es de los grupos político que, cobardes y poco previsores, no fueron capaces de dar una de cal y otra de arena, o sea, de haber decretado una amnistía pero, a la vez, avisar a los navegantes de que nadie sería ya favorecido por una legislación benevolente y que se ataran los machos si querían seguir por el lado oscuro.

La misma cobardía que hizo que no se abordase mejor el Estado de las Autonomías, que no se regulase de forma más moderna la figura de la Corona o que no se "blindara" de alguna manera la base de toda sociedad que es la Educación.

Ahora sobra la retórica. Ahora es el momento en el que toda la clase política española con responsabilidades entonces, cómplice por inacción al no haber cambiado las leyes cuando podría haberlo hecho, debería pedir perdón a las víctimas y a sus familias. Eso, en lugar de echar la culpa a otros. No es ético, en absoluto hacerlo.

Lo que toca es llorar junto a las víctimas que hoy lo son nuevamente de todos nosotros, sí, y hacer todo lo posible legalmente para que esos canallas no vivan tranquilos. Pero sin provocar espectáculos tan dolorosos como el que supone leer a un abogado de esos malnacidos asegurando que "se están violando los derechos fundamentales de sus defendidos". Es una victoria que les hemos dado gratis. Una más.

Es hora de reclamar a quienes se equivocaron dos cosas: una, que no culpen a otros y dos, que se vayan a su casa sin hacer más daño, a ser posible.

1 comentario:

  1. y no solo es que del primer asesinato en adelante les salga gratis es que del primero se favorecen de reducciones de penas muy triste, en vez de tanto debate televisivo que trabajen un poquito y arreglen la justicia , pero no solo en estos casos, corrupcion , malversacion etc tambien que buena falta hace que se empiece hacer justicia con todo el que incumple la ley y no solo con los cuatro pobres de siempre qiue por robar 2 gallinas para dar de comer a sus hijos pagan años de carcel y el que roba mies y miles de euros en 2 dias esta en la calle

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