viernes, 7 de agosto de 2020

A VUELTAS CON LA "OKUPACIÓN" EN LA POBLA DE VALLBONA


En el último Pleno municipal  del ayuntamiento en donde vivo, La Pobla de Vallbona, Valencia, se ha aprobado por unanimidad una moción de Ciudadanos para combatir la ocupación ilegal, sobre la base de la propuesta que han presentado en el Congreso.

Como decimos, se ha aprobado por todos los partidos pero el voto de varios de ellos ha sido con la boca pequeña. Ha sido un “sí, pero…”. Dice una máxima que todo lo que hay en una frase antes del “pero” hay que considerarlo como no dicho. Y aquí funciona a la perfección.

No me parece correcto diferenciar la actitud ante las infracciones a la Ley según quien sea el infractor. Y mucho menos, según quién sea la víctima. Pero, claro… ¿de qué nos extrañamos? Eso mismo exactamente es la Ley de Violencia de Genero: una norma legal que trata de forma distinta a unas y a otras víctimas de la violencia intrafamiliar. Ley promovida por los mismos que se muestran reticentes a cualquier cambio en esta materia de la vivienda.

En UPYD tenemos en nuestras propuestas políticas la siguiente:

“Se promoverán las modificaciones legales suficientes para luchar contra la ocupación ilegal de inmuebles, haciendo que el desalojo tenga carácter inmediato cuando no se pueda justificar la misma por título documental alguno, teniendo estas actuaciones carácter preferente en los Juzgados de Guardia. Todo ello acompañado, cuando proceda, de la simultánea intervención de los Servicios Sociales.

Algunos de los concejales de diferentes partidos se han permitido enumerar en el pleno distintos tipos de ocupaciones ilegales para dar algo parecido a una justificación a unas frente a otras.

En UPYD consideramos que si alguien ocupa una vivienda sin título legal, debe ser expulsado “ipso facto” y luego, si lo desea, que solucione la controversia en un juzgado, pero la posesión de la vivienda debe ser entregada al titular al instante. Casi todas las “okupaciones” acaban con el destrozo de la vivienda y robo de enseres así que todo lo que no sea eso es un error.

El señor alcalde, de Compromis, se permite recordarnos el artículo 47 de la Constitución. La misma Constitución, por cierto, a cuyos actos de conmemoración en diciembre en el Congreso no asiste su partido.

Pero resulta que ese artículo dice exactamente: “Todos los españoles tienen derecho a disfrutar de una vivienda digna y adecuada. Los poderes públicos promoverán las condiciones necesarias y establecerán las normas pertinentes para hacer efectivo este derecho, regulando la utilización del suelo de acuerdo con el interés general para impedir la especulación. La comunidad participará en las plusvalías que genere la acción urbanística de los entes públicos.”

Lo que no pone por ninguna parte es que ese derecho tenga que ser gratis y, ni mucho menos, a costa de otro ciudadano, sea particular, empresa, banco o cualquier otro.  De modo que, aún en el caso de un alquiler impagado por una familia honrada que tiene problemas laborales, por ejemplo, el que NUNCA es responsable de ello es el propietario, sea éste quien sea y tenga sus cuentas saneadas o no. El propietario es siempre víctima, sea cual sea su identidad y situación. Porque en esa diferenciación subyace la aversión de la izquierda por empresas propietarias de inmuebles, algunas de ellas, como los bancos, muy a su pesar y que colaboran en lo posible para buscar siempre soluciones.

El derecho a la propiedad es absoluto y no debe relativizarse según la situación económica de cada propietario.

Por supuesto, se ha resaltado en el Pleno la escasez de competencias en la materia de los Ayuntamientos, algo evidente. Pero también resulta que, como decía mi padre a menudo, hace más el que quiere que el que puede. Son muchas las formas que tiene un Ayuntamiento de demostrar a los okupas que no son bienvenidos y de ayudar a los propietarios y a los vecinos. Algunas se van a tomar, dicen. Prevemos que serán insuficientes.

En España falta vivienda social. En UPYD también tenemos propuesta en ese sentido:

“Respecto a la vivienda pública, UPYD propone dinamizar el mercado del alquiler, de manera que el dinero público destinado a promoción de vivienda se dedicará de modo exclusivo a  esta modalidad y garantizando la protección jurídica tanto del arrendador como del arrendatario.”

Ahora, deprisa y corriendo, en esta localidad quieren crear una bolsa pública de alquileres pidiendo la colaboración de los ciudadanos, puesto que serían viviendas privadas.

Hace muchísimos años que una parte del presupuesto debería haber ido a tener viviendas en propiedad para este fin, tanto en las administraciones autonómicas como locales. En lugar de eso, se mantienen, por ejemplo, infinidad de subvenciones a asociaciones de dudosa utilidad y muy poco dudosa afección al poder municipal. También se ha aumentado esta legislatura los sueldos de los concejales. Medida que, por cierto, no figuraba en el programa de ninguno de los partidos que así lo han decidido.

Confío poco en que los mismos partidos que se muestran en redes sociales, en medios de comunicación, en el Congreso y también en los plenos municipales benevolentes con estas ilegalidades tomen en consideración cambiar las leyes de la forma necesaria. Se quedarán a medio camino, como casi siempre. No olvidemos que los partidos actualmente en el Gobierno tienen a Ada Colau como referente en esta materia.

Como digo, no tengo ninguna confianza. Hagan lo que hagan, llegarán tarde y mal.

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