domingo, 8 de enero de 2017

EL PASO DEL TIEMPO

Todo el mundo no se hace viejo de la misma manera. Cada uno es libre de sentir el paso del tiempo cómo y cuándo quiera.
La mayoría lo hace cuando cumplen años. Y mucho más cuando saltan de dígito en la decenas. Para ellos, el paso del tiempo se produce ese 16 de mayo o 12 de noviembre... cuando se conmemora su llegada a este mundo. Desde ese día, se consideran un año más viejos.
Yo no. Para mí, el tiempo da un salto mortal estos días, justo cuando acaba Reyes y, por tanto, el periodo navideño. Ahora conmemoro, que no celebro, el fin de ese periodo en el que hay tantas ocasiones de volver a la niñez, autentica patria común e irrecuperable de todos los hombres. La Ítaca a donde jamás volveremos.
La infancia fue eso: el calor del hogar, la protección de la familia, la inconsciencia, la mas pura inocencia, la confianza, la diversión, los sueños, los proyectos, los héroes inmortales...
Ahora comienza otro año, y viene con más nubes que claros. Y con más sombras que luces. Y con más verdades crueles que mentiras piadosas.
Cuando éramos niños queríamos ser mayores. No sabíamos todo lo que eso significaba.
Hoy sí me siento mayor...

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