Hoy leo que han detenido a un presunto padre por dejar a su hijo, de 5 años, durante 2 horas encerrado en un coche.
Estoy seguro de lo que van a pensar, y quizá decir, muchos al leer mis palabras. Y me da exactamente lo mismo.
Algo habría que hacer, pero algo realmente efectivo, contra este personaje. Y no ya sólo por lo que dice el titular de la noticia, que es escalofriante. Sino porque es un tipo que ha venido de su país, supongo que no como turista ni para fichar por la filial española de Deloitte, sino con una mano detrás y otra delante. Y que se permite el lujo asiático de, con 24 años, tener 3 hijos y estar esperando otro. Hijos que, como niños que son, no tienen la culpa de nada y que han de ser atendidos, por supuesto. Es un padre el que escribe estas palabras, un padre que ha de mirar en qué gasta su dinero porque pretende que sus hijos no pasen calamidades. Un padre que hace mucho que renunció a la familia numerosa porque no se veía capaz de atenderla como es debido.
Y viene aquí este desahogado, con las manos en los bolsillos, y con 24 años ya ha traído a 4 niños al mundo que tienen todas las posibilidades de ser 4 desgraciados. Esta noticia es una prueba evidente.
Y por eso mismo digo que algo tenemos que pensar y hacer en relación con nuestros hipermegarecontragenerosos servicios sociales y lo que los rodea. Unos servicios que están alentados, cómo no, por decenas de ONG's subvencionadas con mi dinero cuya principal faena debería estar, NO AQUÍ, proporcionando cobertura legal y de todo tipo a estas personas, SINO ALLÍ, en su país, ayudándolos a prosperar y desarrollarse como personas, haciendo grandes sus países y sus economías para que no tengan la necesidad de salir.
Me fastidian sobremanera todas esas ONG's generosísimas con el dinero ajeno que no tienen el valor suficiente para trasladar su campo de actuación a Mali, Rumanía, Nigeria o Camerún y ayudar a esas personas a construir pozos, crear talleres o empresas, fundar escuelas y todo lo que necesitan para vivir dignamente
Es más cómodo, por lo visto, esperarlos aquí y darles ayuda legal, lista de subvenciones públicas y cosas similares.
Así lavarán sus conciencias pero no solucionan ni su situación ni la de su país ni, por supuesto, la del nuestro.
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